Para hablar de Telegram es necesario hablar primero de su fundador Pavel Durov; emprendedor ruso que alcanzó la fama por ser el fundador de la red social rusa VK, que actualmente cuenta con cerca de 500 millones de usuarios registrados. (Una mezcla entre Facebook, Youtube y Pandora). Durov se dio a conocer al mundo como un férreo defensor de la privacidad al no cumplir el requerimiento del Servicio de Seguridad Federal ruso de bloquear los pe
rfiles de diversos grupos de opositores a Putin tras las elecciones a la Duma Rusa en el año 2012, tras lo cual fue obligado a comparecer ante el fiscal general de la federación, si bien finalmente no fue imputado por ningún cargo. Posteriormente, en 2014, Durov se negó públicamente a entregar al Servicio de Seguridad Federal datos de los manifestantes ucranianos bajo el pretexto de que dicha solicitud era ilegal. Esta segunda negativa fue el detonante que hizo que días más tarde fuera cesado como CEO de VK, la compañía que él mismo había fundado. Tras su cese, Durov vende todas sus acciones de VK, abandona Rusia y se centra en uno de sus proyectos –Telegram- que llevaba operando al margen de VK desde el año 2013. En este sentido cabe señalar que, a pesar de no encontrarse bajo jurisdicción rusa, Durov continúa manteniendo una tensa relación con dicho país, fruto de la cual actualmente el gobierno ruso está barajando la posibilidad de bloquear el acceso a dicha aplicación en el país ante la negativa a proporcionar acceso al contenido de los mensajes de los usuarios rusos.
En este artículo no vamos a analizar los detalles técnicos de la aplicación, sino solamente su grado de privacidad. En este sentido, a diferencia de WhatsApp, que pertenece a Facebook Inc.; Telegram es administrada y financiada por una organización sin ánimo de lucro (según el propio Darev, una sociedad apatria sin ánimo de lucro).
A diferencia de Whatsapp, cuyo código es privativo; el código de Telegram es libre, lo que implica que puede ser desarrollado y auditado por cualquier programador. Aunque sin duda alguna, en el contexto de la privacidad de los datos de los usuarios, la principal diferencia entre ambas aplicaciones la encontramos en el tratamiento de los datos personales de sus respectivos usuarios.
En este sentido, en la Política de Privacidad de Whatsapp podemos leer lo siguiente:
Compartes tu información mientras usas nuestros Servicios y te comunicas a través de ellos, y nosotros compartimos tu información para ayudarnos a operar, mejorar, entender, personalizar, dar soporte y comercializar nuestros Servicios.
Trabajamos con proveedores externos que nos ayudan a operar, proveer, mejorar, entender, personalizar y comercializar nuestros Servicios, así como ofrecer servicios de ayuda para nuestros Servicios. Cuando compartimos información con proveedores externos, les exigimos que usen tu información en conformidad con nuestras instrucciones y términos o con tu permiso expreso.
Nos unimos a la familia de empresas de Facebook en 2014. Como parte de la familia de empresas de Facebook, WhatsApp recibe información de esta familia de empresas y comparte información con ellas. Podemos usar la información que recibimos de ellas, y ellas pueden usar la información que compartimos con ellas, para ayudar a operar, proveer, mejorar, entender, personalizar y comercializar nuestros Servicios y sus ofertas, así como ofrecer servicios de ayuda para nuestros Servicios.
Facebook y las demás empresas de la familia de Facebook también pueden usar nuestra información para mejorar tus experiencias con sus servicios, así como sugerencias (por ejemplo, de amigos o conexiones, o de contenido interesante), mostrar anuncios y ofertas relevantes. Sin embargo, tus mensajes de WhatsApp se mantienen privados y no se compartirán para que otros los vean en Facebook. De hecho, Facebook no usará tus mensajes de WhatsApp para ningún otro propósito distinto del de ayudarnos a operar y proveer nuestros Servicios
Todo ello implica que Whatsapp no solamente tiene acceso a todos tu datos, sino también a los mensajes no cifrados que envíes, que comparte dichos datos tanto con las empresas de Facebook Inc. como con terceros. En este sentido es por todos sabido que Facebook Inc., a pesar de contar con su propia aplicación de mensajería (Messenger) adquirió WhatsApp por 21.800 millones de dólares no por la aplicación en sí misma, sino por los datos que dicha aplicación trataba. Además debemos señalar que recientemente Facebook se ha visto envuelto en un escándalo debido al tratamiento ilegal y venta de los datos de sus usuarios, por lo que la Agencia Española de Protección de Datos ha impuesto a Facebook y a WhatsApp una sanción de 300.000 euros a cada una por ceder y tratar, respectivamente, datos personales sin consentimiento de los usuarios, si bien cabe señalar que dicha sanción resulta irrisoria teniendo en cuenta su volumen de negocio siendo el menor de los problemas a los que se enfrentan ambas empresas. Además de este escándalo, también es vox populi que Facebook proporciona cualquier tipo de dato que sea requerido por las agencias gubernamentales de los Estados Unidos (FBI, CIA, NSA, etc.).
En el caso de Telegram, podemos destacar los siguientes puntos de su Política de Privacidad:
P: ¿Tendrán publicidad? ¿O venderán mis datos? ¿O robarán a la persona que amo y esclavizarán a mis hijos?
No.
P: ¿Qué piensan sobre la privacidad en internet?
Las grandes compañías de internet, como Facebook o Google, han secuestrado efectivamente el discurso sobre privacidad en los años recientes. Sus vendedores lograron convencer al público que las cosas más importantes sobre privacidad son herramientas superficiales que permiten ocultar tu estado en línea, tus escritos públicos o tus fotos de perfil de la gente que te rodea. Añadir estas herramientas superficiales permite a las compañías calmar al público y no cambiar en cuanto a la entrega de datos privados a vendedores y otros terceros.
En Telegram pensamos que los dos componentes más importantes de la privacidad en internet deberían ser:
- Proteger tus conversaciones privadas de terceras partes curiosas, como funcionarios, empleados, etc.
- Proteger tus datos personales de terceras partes, como vendedores, anunciantes, etc.
Esto es por lo que todos deberían preocuparse, y estas son algunas de nuestras principales prioridades. El objetivo de Telegram es crear una mensajería realmente libre, sin las habituales excepciones. Esto significa que, en lugar de desviar la atención con ajustes de bajo impacto, podemos darnos el lujo de enfocarnos en cuestiones de privacidad real que existen en el mundo moderno.
P: ¿Procesan solicitudes de datos?
Los chats secretos usan el cifrado end-to-end. Por lo tanto, no tenemos ningún dato que pudiera ser revelado.
Para proteger los datos que no están cubiertos con el cifrado end-to-end, Telegram utiliza una infraestructura repartida. Los datos de los chats en la nube son almacenados en múltiples centros de datos alrededor del mundo, que son controlados por diferentes entidades legales y que se extienden en diferentes jurisdicciones. Las claves de cifrado relevantes son divididas en partes y nunca se mantienen en el mismo lugar que los datos protegidos. Como resultado, varias órdenes de diferentes jurisdicciones son requeridas para forzarnos a entregar algún dato.
Gracias a esta estructura, podemos asegurar que ningún gobierno o bloque de países afines puedan entrometerse en la privacidad de las personas y su libertad de expresión. Telegram puede ser forzada a entregar datos sólo si un problema es tan grave y universal que pueda pasar el escrutinio de diferentes sistemas legales alrededor del mundo.
Hasta hoy, hemos entregado 0 bytes de datos de usuarios a terceros, incluyendo gobiernos.
Como podemos observar en los anteriores párrafos, Telegram establece como una de sus principales prioridades el respeto a la privacidad de sus usuarios, respondiendo mediante un rotundo NO a la pregunta de si comerciarán con los datos de los usuarios. Asimismo, Telegram se enorgullece de no haber entregado un solo byte de los datos de sus usuarios a ninguna empresa o gobierno.
En este sentido, resulta necesario señalar que las garantías relacionadas con la privacidad que ofrece Telegram no dejan de ser meras decisiones unilaterales de la organización, que pueden cambiar en cualquier momento. Sin embargo, a día de hoy dichas decisiones y los antecedentes de su fundador sobre la negativa a proporcionar datos a los servicios de seguridad rusos ofrecen un nivel de privacidad que no puede ni comparase con el que ofrece WhatsApp.